Paula Bombara

Chocolates, dulce de leche, paseos, diálogos de madrugada, Abuelas de Plaza de Mayo de Córdoba y mucho más. Todo eso cabe en un diálogo descontracturado con la escritora Paula Bombara, quien nos visitará el próximo 16 de junio, como parte del Proyecto de Lectura 2016.

En su blog, denominado «Desde mi cristal», Paula no sólo postea textos o reflexiones. También describe sus gustos, pasiones, comidas preferidas y deportes favoritos.

«Mis actividades preferidas son viajar, leer y escribir pero, cuando no hago eso, me encanta mirar series y películas, salir de paseo por la ciudad, cocinar y comer cosas dulces, reunirme con mis amigos y con mis amigas, pasar tiempo con mis hijos, dormir la siesta y mirar el cielo -si hay nubes, mejor», apunta en su blog.

Luego de interiorizarnos en su mundo, le propusimos un diálogo vía correo electrónico. Compartimos la primera parte del divertido ida y vuelta:

–Contaste que desde 2006 o 2007, viajás a Córdoba al menos una vez al año. ¿Qué lugares de la ciudad visitás? ¿En qué sitios te sentís más a gusto? ¿Te quedás sólo en la capital o recorrés algún otro punto de la provincia?

–Sí o sí me tomo unos mates con mi amiga Laura Escudero, que vive en Villa Rivera Indarte. Muchas veces voy a quedarme a su casa directamente. En familia hemos visitado muchos lugares de la provincia porque nos encantó desde la primera vez. Estuvimos en Carlos Paz, en La Cumbre, La Falda, Los Cocos, en Nono, en Los Reartes, Villa General Belgrano, La Cumbrecita. También viajé a visitar escuelas a Villa María, Hernando, Córdoba Capital. Cuando estoy «turisteando», hacemos base en un lugar y recorremos los alrededores. Cuando viajo por trabajo, en general me quedo en el lugar donde están las escuelas o centros culturales donde nos reuniremos.

–En tu blog contás siempre te reunís con María Teresa Andruetto y Sergio Aguirre. ¿De qué charlan en esas madrugadas entre escritores?

–Tengo cuatro grandes amigos en Córdoba: Laura Escudero, Sergio Aguirre, Susana Allori y María Teresa Andruetto. Y como todos los amigos, hablamos de aquello que nos ocupa el presente y que nos da ganas de compartir. Solemos comentar muchas series, libros y músicas. También anécdotas de viajes (todos viajamos bastante y siempre pasan cosas dignas de comentar), circunstancias políticas, familiares y también cuestiones relativas a nuestro trabajo. ¡Les aseguro que no vivimos en una nave espacial! Tenemos los pies bien asentados en la Tierra.

–En Córdoba también participaste de un ciclo de Literatura y Memoria, y describiste la emoción de un encuentro con Sonia Torres, de Abuelas de Plaza de Mayo de Córdoba. ¿Cómo es tu relación con Abuelas?

–Colaboro con Abuelas de Plaza de Mayo hace varios años aportando ideas que tengan relación con lo que yo amo hacer, que es escribir. También he escrito en sus mensuarios y este año seré jurado de un concurso que se organiza desde Abuelas-Córdoba. A Sonia y a la gente del Archivo Provincial los conocí mejor el año pasado, cuando el Plan Provincial de Lectura nos invitó a dar una charla a María Teresa Andruetto y a mí.

–¡En tu blog decís que no te gusta el dulce de leche! Es extraño que en Argentina haya alguien a quien no le guste el dulce de leche…

–Es que me empalago muy fácil. Por eso mismo no me gusta el chocolate blanco ni los postres excesivamente dulces. Si una torta tiene una capa delgada de dulce de leche, puedo disfrutarla. Si tiene un montón, como dos bocados y ya se me saturan las papilas gustativas y tengo que tomar agua. Tampoco le agrego demasiada azúcar a las infusiones.

–Otra rareza: no te gusta el chocolate blanco, pero si te dieran a elegir un solo alimento para el resto de tu vida, elegís chocolate negro con 70 por ciento de cacao. Contanos más sobre tus preferencias «chocolateras».

–Por la misma razón anterior, el chocolate con leche no me convence y, directamente, evito el chocolate blanco. El chocolate negro se fabrica con pasta de cacao, manteca de cacao y azúcar. Cuanto más pasta de cacao, más oscuro es el chocolate y más amargo. El chocolate blanco ni siquiera tiene pasta de cacao, es pura manteca de cacao y azúcar, es el más dulce de todos y el más empalagoso. El chocolate con aproximadamente 70 por ciento de pasta de cacao tiene el balance de dulzor/amargor que más me gusta sentir en el paladar. Por esta misma cuestión del empalagamiento me gustan mucho las mezclas agridulces en las comidas.

 

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