El 11 de mayo se celebra el Día del Himno Nacional. en conmemoración a la misma fecha de 1813, cuando la asamblea reunida ese año consagró la marcha patriótica creada por Vicente López y Planes y Blas Parera como el Himno Nacional.
Después del 25 de mayo de 1810, la Primera Junta propuso la composición de una marcha que reflejase el efervescente espíritu patriótico.
En la Gazeta de Buenos Ayres del 15 de noviembre de 1810 se publicó un poema que “convoca a la lid, a la lid tremenda que va a destruir a cuantos tiranos ósenla oprimir”. El texto evoca el ímpetu destructivo de La Marsellesa (o Marcha del ejército de Rhin), conocida en Buenos Aires gracias a Gregorio Funes (conocido como el Deán Funes).
El 28 de mayo de 1813, como parte de las fiestas mayas, se escuchó por primera vez en el Teatro Coliseo la marcha entonada por una “comparsa de niños ricamente ataviados en traje indiano”.
El público aplaudió de pie esta exaltación del espíritu guerrero que embargaba a una nación. Esos tiernos párvulos proponían “con gloria morir”, sin interposición de Dios, la Iglesia o Fernando VII, una forma elíptica de enaltecer al nuevo gobierno criollo, merecedor de tal sacrificio.
Los versos de esta marcha habían brotado de la inspiración del abogado Vicente López y Planes, y la música fue creada por el catalán Blas Parera. Este último cobró honorarios por la composición y ejecución de la marcha, a diferencia de López y Planes, que cedió a la patria estas estrofas sin aceptar remuneración alguna.
En 1884, Lucio López, único nieto del autor del himno, ofreció su versión del nacimiento de estas estrofas, según él, brotadas de la inspiración que asaltó a don Vicente durante la representación de Antonio y Cleopatra de Ducis. Esa noche, don Vicente permaneció insomne, y al día siguiente, buscó la aprobación de sus amigos de Luca, Paso y García, los primeros en derramar lágrimas de fervor patriótico por estos versos conmovedores que serían el símbolo de unión de una nación.
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La marcha de Vicente López subsistió a pesar de los intentos de reconciliación con España que hicieron algunos Gobiernos patrios después de 1813.
Si bien hoy evocamos a Vicente López y Planes y a Blas Parera, la historia de nuestro Himno no estaría completa sin hablar de Juan Pedro Esnaola, porque las partituras que dejó Blas Parera se perdieron por mucho tiempo.
Los acordes de nuestro himno pudieron ser reconstruidos gracias a la memoria de Esnaola, quien frecuentaba la tertulia de Mariquita Sánchez, la misma donde se escucharon los acordes del Himno en una de sus primeras ejecuciones.
En 1847, Esnaola bosquejó un primer arreglo de la marcha patriótica, tal cual la recordaba desde su infancia y en 1860 realizó otro arreglo por encargo del director de Bandas Militares. Esta versión es la que en 1928 se convirtió en el Himno Nacional Argentino, confirmado por decreto en 1944.
LA PRIMERA VERSIÓN. La primera versión del Himno constaba de muchos más versos, con una fuerte intención antimonárquica y antiespañola. Sin embargo, con el tiempo, y con la idea de conservar cierto acercamiento político con diplomáticos españoles, se encomendó modificar estrofas y abreviar su extensión, sin tintes peyorativos sobre otras naciones.
EL PIANOFORTE DE MARIQUITA. El pianoforte Stodar, que perteneciera a Mariquita Sánchez de Thompson y con el cual se entonó el Himno Nacional Argentino por primera vez, se exhibe en la sala «Sociedad Porteña en 1810» del Museo Histórico Nacional (MHN). Esta pieza histórica se encuentra en muy buen estado de conservación y, en ocasiones especiales, ha sido utilizado por reconocidos músicos para interpretar el Himno Nacional.
Fuente: Clarín, Canal Encuentro, Ministerio de Cultura de la Nación