Cada 13 de junio se conmemora en la Argentina el Día del Escritor. La Sociedad Argentina de Escritores (SADE) decidió instituir la fecha en homenaje a Leopoldo Lugones, quien nació el mismo día, pero de 1874, en Villa María del Río Seco, en el corazón de la provincia de Córdoba. Entre muchas de las acciones y obras que emprendió, Lugones fundó precisamente la SADE.
Lugones no fue olvidado pero su tumultuoso y resonante paso terrenal es aún materia de controversia y polémica.
Bio.ar – Leopoldo Lugones
De acuerdo a algunas miradas, Lugones fue “el último intelectual total o, mejor dicho, el último en intentar ser ideólogo y protagonista, a la vez, de un proyecto político. Esa saga se inicia con Mariano Moreno y culmina con él”.
En algún sentido, se pensó en clave jerárquica, ornamentado por el bronce de creerse un hombre superior. En ese núcleo trágicamente equívoco, puede pensarse su postrera conversión: la que lo llevó a decretar en 1924, en ocasión del aniversario de la Batalla de Ayacucho, “La hora de la espada”, y que cristalizó con su intención raudamente frustrada de erigirse como el intelectual de la dictadura iniciada el 6 de septiembre de 1930.
Pese a los intentos posteriores de algunos de sus discípulos y seguidores que buscaron escindir al intelectual político del hombre de letras, la fuerza vital que lo guió tuvo siempre, para bien o para mal, un fondo ético y moral que él mismo se encargó de expresar. En el prólogo a una Antología Poética de Lugones, Jorge Luis Borges asegura: “Vencedora la revolución militar de 1930, Uriburu le ofreció la dirección de la Biblioteca Nacional, cargo que él habría honrado. Lugones lo rehusó, alegando que el amor de la patria lo había llevado a participar en la revolución y que, por consiguiente, no podía aceptar de su triunfo un beneficio personal”.
Juntapapeles: Los Lugones
Fuente: Argentina.ar