¿Cómo y para qué usan internet y las redes los y las adolescentes? ¿De qué manera los adultos pueden acompañarlos? Algunas reflexiones a partir de la encuesta «Acceso, consumo y comportamiento de los adolescentes en internet», realizada por Unicef Argentina.
El interés por el uso que los adolescentes hacen de internet es una constante en las investigaciones de un sinnúmero de organizaciones, que intentan dar respuestas a los adultos sobre cómo acompañarlos cuando se encuentran ante las pantallas de sus computadoras, celulares, tablets y televisores.
Con frecuencia, el uso cotidiano, las prácticas de los chicos y chicas y su gusto por las nuevas las nuevas tecnologías se explica de una manera simplificada: son «nativos digitales», una expresión que indicaría que nacieron ya inmersos en un contexto digital y que sus hábitos serían, por lo tanto, «naturales». Pero ¿hasta qué punto esta metáfora nos permite conocer realmente las prácticas de los jóvenes y cuánto, en realidad, esconde?
En octubre de 2013, Unicef Argentina presentó los resultados de la encuesta «Acceso, Consumo y Comportamiento de los adolescentes en internet», realizada en julio del mismo año a 500 adolescentes y jóvenes argentinos, varones y mujeres, de entre 12 y 20 años de edad y pertenecientes a sectores de diferentes niveles socioeconómicos. Según los responsables de la investigación, los adolescentes de hoy forman parte de la primera generación nacida en el apogeo de las TIC, el uso simultáneo de los medios de comunicación y la interacción permanente con múltiples pantallas. Pero ese auge, afirman, además de ser una gran oportunidad para ellos, se constituye como un desafío para los adultos que los acompañan.
Una de las principales conclusiones, a partir de los resultados de la encuesta, es que el principal uso que los y las adolescentes hacen de internet es con fines vinculares: «los adolescentes hacen uso de las redes sociales para relacionarse, entretenerse y buscar información para la escuela».
Teniendo en cuenta datos de la encuesta, se observa que, entre los dispositivos usan los chicos, los celulares van ganando terreno para la sociabilización a través de las redes sociales, llegando a porcentajes altos (76%) que, de todos modos, siguen sin superar a las computadoras del hogar (83%).
Uno de los principales usos que hacen los jóvenes de internet es para socializar, chatear con amigos y familiares (82%), seguido, en un porcentaje casi similar, por un uso más bien vinculado al consumo: jugar en línea (63%), buscar información (61%), ver películas (59%). Se puede inferir, entonces, que el interés de los adolescentes está dirigido principalmente a la comunicación, pero también al consumo de información y de contenidos más bien individual.
Incluso, el uso de las redes sociales está orientado al chat, a conversar con los amigos y familiares (79%), seguido nuevamente por la posibilidad de jugar (52%), compartir información (52%), enterarse de las novedades de sus amigos (56%). Prevalece la cuestión social del uso de las redes aunque también los adolescentes utilizan las redes como un modo de trasmisión de información.
Autónomos (y no tanto)
Otra de las principales características del comportamiento de los chicos y chicas en las redes sociales es su independencia para tomar decisiones: desde el hecho de que un alto porcentaje no consulta con sus padres para abrir una cuenta (78%) —aun mintiendo sobre su edad para poder abrirla (42%)—, hasta la decisión de bloquear o eliminar personas de su lista de amigos (65%). No obstante, bastante más de la mitad de los encuestados (65%) acepta tener a sus padres como contacto en sus redes sociales.
Contra lo que a veces tanto se teme, el 54% de los consultados nunca se encontró personalmente con alguien a quien había conocido en las redes. Y entre quienes sí lo hicieron una o más veces, el 80% avisó a alguien (adulto o par) que acudiría a ese encuentro.
Pensar el rol de los adultos
¿Qué rol deben ocupar, en ese contexto, los adultos? En educ.ar se plantea: «Ser adultos que no han nacido entre pantallas digitales, internet ni la mediación digital de la comunicación y la información, no nos excluye de los cambios sociales y tecnológicos que nos son contemporáneos. Algo interesante de rescatar es que la curiosidad de los niños y jóvenes, nuestros estudiantes, hoy se ve potenciada por las TIC, y con ellas pueden generar cosas maravillosas, como así también exponerse a otros o nuevas formas de los mismos riesgos que existieron siempre. Acompañarlos es una tarea que los adultos no debemos abandonar por considerarnos «inmigrantes» en el territorio digital, y que puede hacerse más enriquecedora cuando en el acompañar ambas partes aprendemos a compartir y a ayudarnos mutuamente».
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LA PRESENTACIÓN DE UNICEF