En una visita en la que confluyeron diversas asignaturas, estudiantes del Instituto José Hernández visitaron el Museo Barrilete, para observar y disfrutar de “El Juego de Milo”, un recorrido dedicado a la obra del artista plástico Milo Lockett
En Plástica, los alumnos trabajaron durante el año con diversas propuestas relacionadas con Milo Lockett. Atraídos por esas actividades, el paseo surgió en la convergencia de espacios y propuestas interdisciplinarias, en contacto con las docentes Claudia Boccamazzo, de Física; Marcelina Mariño, de Educación Tecnológica; Andrea Levrino, de Inglés, y el acompañamiento de la preceptora Gabriela Juncos.
El objetivo fue que los alumnos pudieran experimentar con los talleres de creatividad, para que tomaran contacto directo con las reproducciones del artista plástico, al mismo tiempo que se involucraban y aprendían con la propuesta lúdica del Museo.
Posteriormente, la experiencia vivida en “El Juego de Milo” será volcada a diversas propuestas y tareas en el aula.
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Barrilete presenta “El juego de Milo”
Barrilete, Museo de los Niños presenta su nueva muestra, EL JUEGO DE MILO, un recorrido para interactuar con la obra del artista plástico Milo Lockett. Se puede visitar desde el 26 de junio en Recta Martinoli 7857.
Con figuras de ojos grandes almendrados, y el uso de colores estridentes como sello personal, Milo Lockett ha logrado instalarse como uno de los artistas del momento.
Su particular estilo y su estrecho vínculo con la niñez, motivaron a Barrilete, Museo de los Niños a tomar prestada su obra para jugar. El resultado fue una muestra maravillosa que acerca a la familia a este gran artista, al tiempo que estimula la exploración creativa de quienes la visitan.
La muestra
Como Lockett se caracteriza por intervenir con grandes murales el espacio urbano, EL JUEGO DE MILOcomienza en las veredas y en la fachada de Barrilete, con imágenes gigantes de perros con patas largas, cocodrilos e inmensos muñecos de chapa. Une vez adentro, todo el mobiliario y el edificio se encuentra intervenido por su obra: mesas, sillas, paredes y pisos.
El recorrido de la muestra está planteado en los siguientes sectores: “El universo de Milo”, “Los ojos”, “Biografía”, “Me re-presento”, “Animales fantásticos”, “Los juegos” y “Las telas”. Cada uno de ellos le ofrece al visitante una posibilidad diferente de relacionarse con la obra de Milo.
“El universo de Milo” está colmado de objetos, personas y animales tal como él los representa. Allí se puede tocar, armar, desarmar, llenar casitas de personajes o manipular grandes objetos blandos con forma de corazones, coronas y dinosaurios.
Un elemento distintivo de su obra es el peso que tiene la mirada de sus personajes. Gracias a la mirada, esas imágenes adquieren movimiento, fuerza, expresión, y producen un encuentro. En “Los ojos”, hay una serie de coloridos paneles con rostros incompletos donde el visitante puede devolver la mirada y la expresión a estos personajes.
En “Me re-presento” el artista Jorge Cuello ambienta un espacio con retratos pictóricos de distintas épocas. Allí la actividad consiste en que el niño se represente a sí mismo frente a un atril con un espejo.
La idea de “Animales fabulosos” o criaturas fantásticas, está presente en la mitología de distintas civilizaciones y la cultura popular. Muchas de estas criaturas son híbridas, es decir: combinan partes de diferentes animales reales. Eso es lo que hace Milo: modifica algo de la naturaleza de los bichos, dándole carácter extraordinario. En este sector, el visitante puede transitar ese mismo proceso, interviniendo dibujos en láminas y creando su propio animal fantástico.
Por su parte, en el sector “Los juegos” se disponen cubos blandos para armar, mesas con rompecabezas, sellos grandes para completar dibujos. Columnas que giran y juegos para asomar la cabeza.
Finalmente, en el espacio “Telas” encontramos cuadros de tela con figuras troqueladas para realizar collages. Una serie de las obras de Milo es atípica porque utiliza telas y botones como material de trabajo. Podemos imaginar que hay algo personal y único allí si recordamos que antes de dedicarse completamente al arte, Milo trabajaba en la industria textil.