En el Instituto Educacional José Hernández celebramos anticipadamente (por el receso escolar de julio) dos fechas fundamentales. Una que nos define como Nación: el 9 de julio del año 1816, cuando los representantes de las Provincias Unidas del Río de la Plata oficializaron la emancipación de España.
Eran períodos turbulentos cuando nuestro naciente país todavía combatía a la potencia europea para lograr su independencia.
Para celebrar esta fecha, llevamos a cabo en el cole un acto en el que se leyó el poema «En nombre de la Patria» de Oscar Acosta.
Mi patria es altísima.
No puedo escribir una letra sin oír
el viento que viene de su nombre.
Su forma irregular la hace más bella
porque dan deseos de formarla, de hacerla
como a un niño a quien se enseña a hablar,
a decir palabras tiernas y verdaderas,
a quien se le muestran los peligros del mundo.
Mi patria es altísima.
Por eso digo que su nombre se descompone
en millones de cosas para recordármela.
Lo he oído sonar en los caracoles incesantes.
Venía en los caballos y en los fuegos
que mis ojos han visto y admirado.
Lo traían las muchachas hermosas en la voz
y en una guitarra.
Mi patria es altísima.
No puedo imaginarla bajo el mar
o escondiéndose bajo su propia sombra.
Por eso digo que más allá del hombre,
del amor que nos dan en cucharadas,
de la presencia viva del cadáver,
está ardiendo el nombre de la patria.
También celebramos por anticipado un nuevo aniversario de la fundación de la ciudad de Córdoba, el 6 de julio de 1573, cuando el sevillano Jerónimo Luis de Cabrera dio formalmente carácter legal a nuestra ciudad.
Con un acto recordamos estos dos acontecimientos y disfrutamos de las danzas nacionales.