Historia

Corría el año 1958 cuando la señora inglesa Nancy Foot de Berl y la maestra normal Luisa Salcedo de Marcuzzi decidieron crear una escuela primaria que educaría a los niños del barrio residencial Marqués de Sobremonte. Realizaron un censo barrial y pusieron manos a la obra. Luisa y Nancy buscaron a familias Belinzona y Pérez Sánchez para que las ayuden a realizar el censo. Luisa Salcedo de Marcuzzi y

Nancy Foot de Berl fundaron la Escuela Primaria “Peter Pan”, por el cuento inglés. Luisa y Nancy estuvieron siempre acompañadas por sus esposos que las ayudaron en todo momento: Santiago Bienvenido Marcuzzi y Federico Berl. Santiago hacía todo lo relacionado con lo edilicio, construcción y Federico lo relacionado a trámites bancarios. Para poder funcionar los primeros años se alquilaron dos viviendas y equipamiento en el barrio Marqués. Luego las familias fundadoras compraron terrenos y fueron construyendo de a poco, aula por aula el sueño. La escuela, en un principio, contaba solo con tres ambientes donde había dos aulas y la dirección, pero siempre estuvo sobre la calle Pablo de Guzmán, en el mismo sitio que ahora. Con el tiempo creció, se adquirieron nuevos lotes y se construyeron más aulas y patios.

Los años pasaron y los alumnos de nivel primario necesitaban una escuela secundaria. Por esta razón pensaron en crear el nivel medio. En el año 1967 la ciudad se transformaba por la instalación de la industria automotriz que se había iniciado en la década anterior. El Marqués de Sobremonte era un barrio alejado, ubicado en el linde entre la zona urbana y la rural como barrio residencial. No existían el barrio Poeta Lugones, el CPC, el nudo vial y faltaban décadas para que aparecieran los centros comerciales como el Hiper Libertad y el Dinosaurio.

El pulso económico del país reconocía la alternancia de gobiernos civiles y de dictaduras militares que se prolongaron durante mucho tiempo. Faltaban dos años para el estallido del Cordobazo. El primer nombre fue “Escuela Comercial José Hernández”, ya que Ana María Marcuzzi, hija de Luisa y Santiago Marcuzzi admiraba al escritor. Por estos días el secundario tenía una duración de cinco años y algunas de las materias que integran el plan de estudios eran: Contabilidad, Botánica, Zoología, Anatomía, Historia, Castellano, Matemática. También se dictaban otras como: Mecanografía, Estenografía y Caligrafía. El título con el que se presentaban los alumnos era el de Perito Mercantil, que habilitaba a los jóvenes para la realización de tareas administrativas y el registro contable de negocios y empresas pequeñas. Por aquellos días las clases se dictaban de lunes a sábados.

Luego hizo falta más espacio y se compraron nuevos lotes al frente, donde se construyó el playón y el gimnasio con estructura prefabricada Astori, el gimnasio. Además con la ayuda de Héctor Mariño, esposo de Ana María Marcuzzi, la planta alta de la institución donde se instaló: Administración, biblioteca, gabinete psicopedagógico y la sala de dactilografía que luego pasó a ser la sala de informática. Todo fue fruto del esfuerzo, la perseverancia y la confianza en la educación. Por aquellos días, las clases se dictaban de lunes a sábados. Siempre fue una escuela mixta: en el nivel Primario el uniforme fue guardapolvo marrón y en el secundario, en los primeros tiempos las chicas usaban guardapolvo de color celeste y los varones asistían a clase con camisa, corbata, blazer azul y pantalón gris. También en los años iniciales y por poco tiempo, existió el turno noche.

En la década de los ochenta los alumnos publicaron una revista que llevaba por nombre “El Mercantil Periódico Estudiantil» y se organizó el Centro de Estudiantes. Por esos años, empezaron a soplar vientos de cambio: se recuperó la Democracia y como ciudadanos iniciamos un camino que reconoció momentos de esperanza.

A principios de los ‘90, comenzó en Argentina una importante reforma educativa. En 1996 se implementó en Córdoba y , a partir de ese momento se produjeron muchas innovaciones: la duración del secundario se extendió a un año más, seis años. Y en este tiempo la escuela adoptó el nombre que tiene hasta hoy: Instituto Educacional José Hernández. La materia Práctica Contable cedió su lugar al Taller de Economía y Gestión. Se dejó de dictar la materia Contabilidad desde primer año y se reemplazó, de primero a tercer año por Educación Tecnológica y de cuarto a sexto año, por Sistema de Información Contable. Así se dejó paso a asignaturas que se orientaban a desarrollar la creatividad, la capacidad de emprender, el trabajo en equipo y la organización de las empresas.

Al mismo tiempo, se dio mayor importancia a la transmisión de valores orientados a fomentar la participación, la libertad, la justicia y la construcción de ciudadanía. Lo que era la sala de mecanografía se transformó en Laboratorio de Informática y todas las máquinas de escribir fueron reemplazadas por modernas computadoras con sus: CPUs, monitores, mouses y teclados. También se adoptó el uniforme que los alumnos lucen hoy: de pantalones y polleras grises, camisas y chombas blancas, camperas rojas y grises; en el que el rojo, el blanco y el gris son colores característicos.

Para alegría de grandes y chicos, desde 2007 no se dictaron más clases los sábados y así todos pudieron disfrutar de un fin de semana más largo.

En los ‘90 la escuela se abrió al mundo y recibió la visita de alumnos provenientes de Alemania, Nueva Zelanda, Brasil, Estados Unidos. A su vez los alumnos participaron de Juegos deportivos intercolegiales y cosecharon importantes premios. También muchos se destacaron en canto y baile con reconocimiento internacional. En los 2000, la Comedia Musical es una actividad que se presenta todos los años y es realizada por alumnos de quinto año para la comunidad.

También se iniciaron Pasantías en empresas. La primera se hizo en la conocida cadena de venta de hamburguesas McDonald’s, a la que después se sumaron el Banco Suquía, el CPC Centro de Participación Comunal Monseñor Pablo Cabrera, el Banco Macro, Inmobiliaria Valdiviezo, Escapes Bertolotto y la Biblioteca Atahualpa. Todas estas organizaciones, con mucha generosidad, brindaron a los alumnos la posibilidad de realizar una práctica laboral supervisada y un servicio comunitario.

Sucesivas reformas en los Planes de estudio dieron como resultado el cambio del Título. Hoy nuestros alumnos egresan como bachilleres orientados en economía y administración.

Actualmente la sala de informática cuenta con computadoras actualizadas, conexión a internet y pantalla digital interactiva y como así también usamos la nube virtual para guardar información. Hoy debemos regular el uso del celular en los alumnos que luego de la pandemia de los años 2020 y 2021 ha sido permanente y a toda hora. Buscamos que los alumnos vuelvan a relacionarse con docentes y pares para desarrollar valores y crecer emocionalmente y en conocimientos.

Hoy también, debemos repensar el uniforme, dejando de lado la pollera ya que es mal utilizada y se establece el pantalón gris como obligatorio.

En los últimos años la escuela estuvo relacionada con todas las instituciones de la zona norte como: Consejo Barrial, Parroquia Nuestra Señora de los Dolores, Biblioteca Atahualpa, Centro vecinal, Club de estudiantes, Colegio IPEM 338, IPEM 20, Bomberos, Policía, Colegio Luis Sersic, Parque educativo Norte, Instituciones religiosas de diferentes credos y comercios; esto nos permitió trabajar en conjunto ante las adversidades de estos tiempos y realizar actividades como: “Festejos del 17 de agosto en la plaza 6 de julio de nuestro barrio Marqués”, donde se realizaba una fiesta popular con vestimenta, comidas típicas, canto y baile.

Con nuestra labor queremos contribuir a la formación de hombres y mujeres comprometidos con su propia realidad, decididos a participar, vinculados con los interrogantes de su tiempo, generosos y solidarios con el otro. Nos proponemos crear y difundir el conocimiento, formar integralmente a jóvenes, estimular su curiosidad por el saber, generar las competencias esenciales que les posibiliten insertarse en el mundo de hoy y dar respuesta a sus desafíos respetando a los demás desde el servicio.

Esa es la tarea que nos sigue uniendo al cabo de estos años.