Con la puesta en escena de «Hércules», este año la Comedia Musical del Instituto Educacional José Hernández llegará a su décima edición. Tal como ocurrió hace algunas semanas –cuando en esta web instinticional realizamos un repaso a través de diálogos con las docentes Verónica Martínez y María Inés Nigro, coordinadoras del proyecto-, en esta ocasión nos introduciremos en el «detrás de escena» para describir cómo se trabaja en la confección de la escenografía, el vestuario y otros numerosos detalles para que todo brille con luz propia.
Vale recordar que la «Comedia Musical Por Adolescentes» es un espacio de confluencia de diversas asignaturas: Artes Visuales, Formación para la Vida y el Trabajo, Lengua y Literatura, Lengua Inglesa, Música, Psicología y Educación Tecnológica.
En esta ocasión dialogamos con las docentes Belén Gabrielli, de Educación Tecnológica, y Araceli Ciava, de Artes Visuales, quienes trabajan conjuntamente con Marcelina Mariño, de Educación Tecnológica.
En esta etapa del ciclo lectivo, Belén se enfoca en la realización de estructuras y elementos a gran escala, como columnas y piedras a utilizar en la puesta en escena de «Hércules», mientras que Araceli se ocupa de los telones y otros detalles de la escenografía, la utilería y el vestuario. En este punto, además, ambas destacan que se trata de todo un año de actividades, con una permanente interacción entre áreas, en un entrecruzamiento que enriquece a alumnos y docentes por igual.
En cuanto al Taller de Utilería y Vestuario, en el que participan los alumnos de quinto año, la docente de Artes Visuales describe que, a través de modelos y tutoriales, avanzan en la confección de escudos, cascos, carteles, prendedores, ramos de flores y mucho más.
Con los estudiantes de cuarto año se concentraron específicamente en la escenografía, con los telones del Olimpo y el Inframundo, tareas en las cuales llevan a la práctica diversas cuestiones que habían sido planteadas desde lo teórico. También los alumnos de primer año plasman los temas consignados en los programas de la asignatura. En ese marco, Araceli enfatiza que hay muchos alumnos de diversos cursos con grandes inquietudes artísticas.
En cuanto a la organización del trabajo, la docente subraya que, una vez que Verónica Martínez define el libreto de cada año, se arma un calendario y se planifican las actividades: identifican qué elementos serán necesarios para la escenografía y la utilería, confeccionan un inventario y detallan en qué tiempos y plazos se cumplirán esas tareas. Posteriormente, la coordinadora general de la Comedia monitorea todos esos procesos.
Respecto de sus trayectorias en la Comedia, las dos «profes» subrayan que una vez que ingresaron a este espacio ya no pudieron volver atrás. Se convirtió el algo notablemente atrapante. En el caso de Araceli fue en 2015. En el de Belén, en 2017.
En conjunto, las docentes señalan que este tipo de actividades permite que los alumnos de diferentes cursos se involucren y sientan como propia la Comedia. “Inclusive, compañeros de distintos cursos trabajan sobre el vestuario o detalles sobre los mismos personajes que ellos deberán escenificar: eso les permite apropiarse de sus papeles y de los objetos, lo que se traslada y enriquece los ensayos”, afirma Araceli.
Uno de los desafíos que afrontan es trabajar con materiales reciclados, agudizando la imaginación y la creatividad: cartones, cajas, elementos desechables y objetos que no deban comprarse o requieran gastos por parte de los estudiantes. Inclusive, ese desafío se hace más grande al tener que hacer objetos grandes de la escenografía, como columnas y piedras de gran tamaño.
Más allá de las dificultades, esos retos también abren otras puertas: que los alumnos puedan experimentar con distintos materiales y herramientas con los que están poco habituados a interactuar. Se transforma en una gran experiencia para estudiantes y docentes, que deben apelar a distintas estrategias de aprendizaje en todo sentido.
Araceli también destaca que Verónica Martínez y María Inés Nigro, las creadoras y responsables de la Comedia, también tienen a cargo la coordinación de cuestiones que, por sus magnitudes, superan la capacidad de realización de los alumnos. En articulación con el resto de las docentes del proyecto, las coordinadoras gestionan cuestiones fundamentales de escenografía, vestuario o utilería. En «Hércules», los ejemplos son variados, como el vestuario del Centauro, los titanes y la Hidra. Muestras de trabajo en equipo.
Manejar los picos de entusiasmo, que incluyen altas y bajas a lo largo del año, es otro de los elementos a tener en cuenta por las docentes. “De todos modos, el hecho de salir del aula motiva muchísimo a los chicos. Es enriquecedor tanto para los alumnos como para nosotros. En mi caso, me emociona muchísimo el entusiasmo de los alumnos y el hecho de ir descubriendo habilidades en ellos”, detalla Belén. “Como docentes, en estos espacios muchas veces tenemos que recurrir a otras estrategias. Y es muy gratificante cuando vemos que, además de apelar a la creatividad, adquieren destreza en la manipulación o en la utilización de herramientas”, agrega.
Araceli también se siente orgullosa del camino recorrido. “Cada año es un gran desafío: hay que investigar, definir con qué sistema constructivo trabajaremos y transmitirles a los chicos esa planificación, para organizarse de la mejor manera. Y en ese marco, darles libertades creativas para que puedan plasmar la impronta personal de cada uno. Guiarlos en eso es muy reconfortante”, resalta.