El 12 de marzo de 1989, el investigador británico Tim Berners Lee describió el protocolo para la transferencia de hipertextos, lo que un año después sería la World Wide Web.
Las tres W que preceden a la mayoría de direcciones de Internet nacieron hace justo 25 años. Su inventor, un nombre ya mítico, fue Tim Berners-Lee: lo hizo en una oficina del edificio número 31 del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), cerca de Ginebra (Suiza).
Berners-Lee no inventó Internet. La red global se diseñó a mediados de los años ‘70 y empezó a funcionar oficialmente en 1983, fruto de un proyecto de origen militar.
Internet es básicamente hierro: enjambres de computadoras conectadas entre sí, que comparten un protocolo o normas de conexión: Algo así como la lingua franca que les permite entenderse unos con otros. Y gracias a eso pueden ofrecer ciertos servicios como el correo electrónico o la transferencia de datos.
El propio Berners-Lee describe ambos (Internet y la Web) como millones de elementos conectados entre sí. Pero mientras que en Internet son ordenadores conectados por cables y otros medios físicos, la Web es mucho más abstracta: una telaraña de información, en la que las conexiones son los enlaces de hipervínculo. Cada vez que, en su PC, usted hace clic sobre una palabra subrayada, que le conduce a otra página, está utilizando una de esas conexiones.
Si te interesa conocer a fondo el contexto de la creación de la World Wide Web y su desarrollo podés leer el muy buen artículo publicado por el diario El País, de Madrid.
VIDEOS: BERNERS-LEE A 20 AÑOS DE SU GRAN CREACIÓN