El lenguaje inclusivo se popularizó en los últimos años y se trata del modo de expresión que evita las definiciones de género o sexo, abarcando a mujeres, varones, personas transgénero e individuos no binarios por igual.
Hay quienes consideran que las reglas, que en nuestro idioma son establecidas por la Real Academia Española (RAE), resultan machistas y por eso proponen el uso de este lenguaje que tenga en cuenta a toda la diversidad humana.
Se reemplaza la letra que le da género a las palabras, es decir la «o» o la «a» por la «e», como por ejemplo en vez de «todas» o «todos» se dice «todes». Otro caso también es cuando una palabra femenina termina «o» pero en masculino no termina en «o» se modifica el femenino por una «e», por ejemplo «nene» y «nena». Entonces, si la palabra en masculino coincide con la forma neutra, queda como está y se le suma un artículo sin género como «les nenes».
Si una palabra ya es indefinida como «valiente» o «cantante», no es necesario modificarla.
Otro caso también es que se cambian los pronombres como «ellos» por «elles» o «tuyos» por «tuyes».
El movimiento feminista y otros sectores sociales impulsan la implementación del lenguaje inclusivo, mientras que otros sectores han expresado su oposición.
Nosotras estamos a favor del uso del lenguaje inclusivo.
Nuestra postura como feministas es que queremos una sociedad de hombres y mujeres que sean personas, donde no haya aspectos injustos de ser femenino y masculino. Esos patrones se basan en la opresión, el desprecio y la explotación hacía todo grupo humano.
Esta es una lucha por usar un lenguaje más justo, menos violento, esto es, un lenguaje que no sea usado contra nadie como forma de exclusión y opresión en la sociedad. Usar un lenguaje menos machista y masculino es una forma de dejar de utilizar expresiones que podrían herir a grupos que tradicionalmente han sido maltratados. Consideramos absurdo que se ridiculice la búsqueda y el uso espontáneo del lenguaje inclusivo.
Muchas personas están en contra del uso de este lenguaje, como la RAE, afirman que es ajeno a la morfología del español y que además es sumamente innecesario. Sin embargo, los individuos no binarios necesitan que se apruebe el uso de este lenguaje ya que no se sienten identificados con el masculino ni el femenino.
Otros creen que se trata de una moda pasajera ya que hay muchos cambios sociales, pero que se van a terminar olvidando con el correr del tiempo y esto no es así, ya que el uso del mismo vino para quedarse y es cuestión de tiempo que comience a ser aceptado.
Verónica Dudzicz, titular de la cátedra de Historia de la lengua en la Universidad Nacional de Salta, dice que es muy ambicioso pretender que, con el uso del lenguaje inclusivo, se logren cambios de actitud verdaderos en la sociedad. Una opinión parecida a ésta es que muchos dicen que la sociedad no puede dejar de ser machista y transformarse en feminista: este es un pensamiento erróneo, porque al incluirlo a nuestra forma de hablar es un paso para la evolución de la sociedad y para deconstruirla.
En fin, no es una moda, no es un capricho, es tener empatía y ponerse en el lugar del otro: cómo se siente y en cuánto lo hiere esta sociedad machista. Cambiemos para una sociedad mejor donde no estén marcados los hombres y las mujeres solamente. Evolucionemos como personas y como conjunto, más en este siglo: el uso del lenguaje inclusivo vino para quedarse y vamos a hacerlo oír.

 


Alumnas: Aylén Sosa y Agustina López


 

FUENTES

  • mujerpalabra.net
  • lagacetasalta.com.ar
  • mundotkm.com