En un acto con múltiples y variadas presentaciones artísticas, sentidos discursos de los docentes y una emotiva entrega de obsequios para los docentes, el Instituto Educacional José Hernández celebró este martes 10 de septiembre el Día del Maestro.

La fecha tiene obvias referencias al prócer Domingo Faustino Sarmiento, quien murió precisamente un 11 de septiembre de 1888 en Paraguay. Fue político, escritor, docente, periodista, militar y estadista, y ejerció los cargos de presidente de la Nación y gobernador de San Juan.

 

 

Septiembre es, además, un mes de una serie de evocaciones relacionadas con el ámbito educativo: el 4 es el Día de la Secretaria, el 13 se celebra el Día del Bibliotecario, el 17 se conmemora el Día del Profesor, el 19 se homenajea en su día a los Preceptores y el 21 es el Día del Estudiante.

Luego del ingreso de las banderas de la Nación y de Córdoba, y de entonar las estrofas del Himno Nacional, el discurso central tuvo como protagonista a la Secretaria Docente Andrea Bustamante.

«El compromiso docente ha sido siempre clave para el desarrollo del sistema educativo. Los maestros, a lo largo de la historia, no solo han sido constructores del conocimiento pedagógico, sino que han actuado como verdadera garantía de la innovación y la justicia educativa», destacó en parte de su discurso.

«La escuela argentina es epicentro de múltiples debates, muchas veces teñidos de añoranzas por un pasado recordado siempre como exitoso en el que funciona como una maquinaria de integración social, sin conflictos. Ese pasado es también parte de una narrativa, donde las expectativas de ascenso social y logro de objetivos parecían factibles», prosigiuó.

 

 

«Como toda narrativa, esa nostalgia de un pasado glorioso olvida parte de la historia, recuerda a los exitosos y descarta a los que quedaron en el camino y a quienes sostuvieron su escolarización debiendo adaptarse a un patrón de igualdad normativa que elimino toda diversidad: sexual, social, de salud, racial, entre otras», añadió.

«Esta narrativa está desactualizada para estos tiempos, ya que las características de niños y jóvenes del sistema educativo son otras, así como las características de la sociedad. Precisamos de narrativas cercanas a la construcción de vínculos de proximidad para enfrentar los vínculos del presente, de miradas innovadoras que permitan ver a nuestros alumnos insertos en el hoy, con foco en sus necesidades, experiencias e historias reales, más allá de cómo quisiéramos que fueran», agregó.

 

 

«La maestra, el profesor, la auxiliar, los equipos directivos, la comunidad educativa en su totalidad precisan de nuevas reflexiones para una tarea que requiere de múltiples fuentes de información, donde la edad para estudiar se amplía y la escuela ya no representa el santuario que monopoliza la transmisión de la cultura considerada legitima», continuó.

 

 

«Maestros y profesores: allí mismo, en el corazón de cada uno de ustedes, palpita el poder del crecimiento, de la superación, convirtiendo el desierto más estéril en una pradera de lozano verdor. Son personas de esta nueva sociedad y ese es el poder incontenible de su propia esperanza», subrayó en otra parte de su discurso de Andrea Bustamante, seguido atentamente por alumnos y docentes.

 

 

Posteriormente, alumnos de primer año leyeron una poesía anónima y dieron paso a una creativa actividad: una innovadora línea de tiempo móvil, que incluyó el despliegue escrito y la lectura, de manera consecutiva, de distintos estudiantes.

 

 

Asimismo, alumnos de primer y segundo año interpretaron «Aprender a volar”, mientras el resto de los estudiantes desplegaban las luces de sus celulares, generando un atractivo espectáculo visual.

 

 

Ya que la educación integral permite aunar ciencia, arte y ética en un ideal de realización humana, el preceptor Enzo Carrizo y su banda deleitaron a todos los presentes con sus números musicales, celebrados por todos los presentes.

 

 

Por último, alumnos de distintos cursos entregaron a los docentes diversos obsequios, acompañados de cálidos abrazos y afectuosas palabras.

 

 

Una vez finalizado el acto, directivos, docentes, preceptores, auxiliares y el resto del personal compartieron un brindis y recibieron y entregaron obsequios a sus colegas.