En tiempos de crisis, la capacidad para sobreponerse antes situaciones adversas es la clave para salir airosos de los problemas que nos plantea la vida cotidiana o, al menos, para ayudar a alivianar la carga que nos produce convivir con ellos cuando son inevitables. La resiliencia es “la capacidad de pasar por la adversidad sin perder la esencia”, explica Adelia Setto, presidenta de la Fundación Añil, una mujer que después de experimentar en su propia vida estrategias resilientes se dedicó a promoverla en otros a través de cursos y talleres de educación no formal para niños, adolescentes, docentes y padres. “Para los docentes practicarla es clave para desarrollar estrategias de aprendizaje creativas en el aula y para comprender a sus alumnos desde una perspectiva integradora y humanista”, agrega Setto, en una interesante nota publicada por el diario La Voz del Interior.
“El maestro de estos días tiene un poquito esa función: la de poner la creatividad al servicio de la vida, la de detectar elementos a veces sutiles, intangibles que pueden hacer que un niño lastimado ‘pique para arriba’”, destacó Setto, cuando abordó el tema en una extensa entrevista en Radio María, “En eso consiste la resiliencia: en poder cambiar la expectativa por esperanza. Etimológicamente, expectativa significa ‘con el pecho afuera’, o sea: pretender algo y poner el corazón; mientras que esperanza es ‘esperar un resultado con los pies sobre la tierra’, y para eso el primer aterrizaje es ver qué puedo y cuánto puedo yo como adulto en el día de hoy. Y si es poco porque mis fuerzas no alcanzan es ver que puedo hacer con ese poquito, que hasta puede ser un milagro”, añadió Setto.
Para profundizar sobre el tema, los invitamos a leer el siguiente material:
ENLACES
> Cómo cuidar al docente que cuida, en La Voz del Interior