Los «mártires de Chicago» fueron un grupo de trabajadores que participaron en las protestas del 1 de mayo de 1886 en Estados Unidos, pidiendo que la jornada laboral se redujera a 8 horas. Este evento se convirtió en un símbolo de la lucha por los derechos laborales y la resistencia frente a la injusticia.

Durante la protesta en la plaza Haymarket de la ciudad estadounidense, alguien lanzó una bomba contra la policía, lo que provocó una represión violenta con muertos y muchas personas arrestadas.
Ocho líderes sindicales fueron acusados sin pruebas de organizar el ataque. El juicio fue injusto, ya que hubo testigos falsos y mucha presión política. Al final, cinco de los acusados fueron condenados a muerte, de los cuales cuatro fueron ejecutados y uno se suicidó en prisión. Con el tiempo, se reconoció que el juicio no fue justo.
Este evento generó que en 1889 se proclamara al 1 de mayo como el Día Internacional de los Trabajadores en honor a los mártires de Chicago. Su legado nos enseña que los derechos laborales no se dieron por generosidad de los poderosos, sino que se lograron a través de la lucha y el sacrificio de los trabajadores.
También muestra que las reivindicaciones laborales del pasado siguen siendo importantes en la actualidad.