Para él iba a ser un pontificado “breve”, pero el destino quiso otra cosa. El primer papa jesuita y “del fin del mundo”, como él se había presentado en 2013 cuando se convirtió en el sucesor de Benedicto XVI (2005-2013), Francisco, el 266° Pontífice de la historia, será recordado como un papa reformista.
Fue el primer papa no europeo y llamó a la Iglesia a abrirse al mundo actual, a ser misionera y a no condenar, sino a acompañar e integrar a todos.
Se destacó por su estilo humilde, auténtico, sencillo, austero y cercano.
Sus frases sirviereon como llamadas de atención frente a injusticias, la pobreza frente a la obsecidad de la riqueza o como recordatorios de humanidad en medio de las guerras.
Estas son algunas de las más recordadas:
“Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?”.
“¡Cómo me gustaría una Iglesia pobre para los pobres!”.
“La inclusión de la mujer no es una moda feminista, es un acto de justicia”.
“Sustituyan los miedos por los sueños, ¡no sean administradores de miedos, sino emprendedores de sueños!”.
“Hacer ajuste en la educación es un suicidio programado de un país”.
A pesar de su complicado estado de salud en los últimos años, Francisco nunca dejó de acercarse al pueblo, por eso será recordado su eterno legado de compasión y paz.