Surfear la pandemia no es fácil, en ningún caso. El coronavirus y el aislamiento social, preventivo y obligatorio cambiaron nuestras costumbres, nuestra cotidianidad, nuestros hábitos más arraigados. Las clases se modificaron. Pasaron de ser presenciales, en las aulas y los pasillos de siempre, con las alegrías y sinsabores habituales, y se transformaron en virtuales. Un mundo desconocido, inédito, en el que todo estaba y está por construirse.

La dinámica se trastocó para todos: alumnos, docentes, preceptores, directivos, familias y demás miembros de la comunidad educativa. Cada uno, desde su lugar, debió adaptarse a un contexto distinto, a veces estimulante, otras veces agobiante o al menos inexplorado. Todos conocimos herramientas nuevas –tecnológicas, por un lado, pero también humanas, pedagógicas, educativas-, renegamos con ciertas imposibilidades, nos apoyamos, nos dimos palabras de aliento.

 

 

En ese marco, algunas docentes advirtieron hace algunos días que había alumnos especialmente afectados: el decaimiento anímico era inocultable, especialmente para los estudiantes de sexto año, que iniciaron un Ciclo Lectivo que debía ser inolvidable y que se encontraron numerosos obstáculos en el camino.

Fue entonces que surgió la idea: hacer un video creativo, que rompieran con la apatía y el desgano, para alentar a los estudiantes de sexto año y brindarles un mimo al alma en este momento tan particular que les toca atravesar.

Para ello, este miércoles 3 de junio citaron a todos los alumnos del último año a una clase virtual, en la que les dieron la gran sorpresa: el video creado, articulado y actuado por todos los docentes, preceptores y directivos, musicalizado con el tema «Vivir», de Rozalén con Estopa.

Para los alumnos, la sorpresa fue enorme. Para los «profes», un modo de expresar su amor por la docencia y por sus estudiantes. Para todos, un hermoso momento, pleno de emoción, agradecimiento y algunas lágrimas que brotaron por la emoción y rodaron por las mejillas de esos estudiantes que en este 2020 atraviesan su último año en un mundo que los obligó a estar distanciados, pero siempre, siempre acompañados por cada miembro de esta comunidad educativa sensible y muy especial.

ASÍ LO VIVIMOS, TODOS CONECTADOS