¡Felicidades para la Navidad y el Año Nuevo!

 

Fin de año es un tiempo de balance y encuentro respetuoso con los demás y también con uno mismo. El encuentro es superación de distancias, es tiempo de perdón y es buscar palabras de verdad.

En este balance debemos perdonarnos para poder perdonar a los demás, en donde debe primar la humildad para sanar heridas abiertas y encontrar la paz en gente buena.

Hay gente buena en la vida. Personas sencillas que se han acostumbrado a pensar en el otro, en los otros, y han optado por dedicar su tiempo, sus energías, su corazón, a sembrar bienestar, a compartir alegría, a desvivirse un poco por los demás. Quizás esa opción ni siquiera sea consciente. Sencillamente, han aprendido a mirar el mundo de otra manera, con otra perspectiva. Seguramente, si te paras a pensarlo, en tu vida también te has encontrado con gente así.

No piden recompensa ni aplauso, ni elogio, aunque todo ello lo merecen. No se dan importancia, no hacen un drama enorme de lo que no funciona, ni restriegan a los demás cuanto hacen. Se ríen, seguramente, un poco de sí mismos y otro poco de las tonterías de este mundo.

Son admirablemente capaces de ponerse en el lugar de otros. Y por eso, cuando estás con ellos, te hacen sentir que tu vida puede ser mejor y que tu vida importa. No juzgan ni comparan. ¿Tienen también sus flaquezas? Seguro. ¿Quién no las tiene? Aman, claro está. Con diferentes intensidades, como hacemos todos.

Son las personas a las que otra gente no duda en acudir, porque siempre tienen un “sí” en los labios. Los hay alegres, y los hay refunfuñones. Los hay viejos y jóvenes, hombres y mujeres.

El Instituto José Hernández les desea una Navidad llena de Paz y Amor. Descubramos la estrella que iluminará nuestra historia en el pesebre del corazón.

¡Feliz Navidad, disfruten de las merecidas vacaciones y reciban un bendecido Año Nuevo!

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