En una nota publicada en una revista del Ministerio de Educación de la Nación, la especialista Inés Dussel aborda el tema de manera muy interesante y se nutre de estudios de diversas disciplinas.

Redes sociales 610

Inés Dussel, especialista en educación, realizó un interesante planteo sobre posibilidades y límites de las redes sociales en el ámbito escolar. Su escrito, publicado en la revista «El Monitor» (del Ministerio de Educación de la Nación), profundiza sobre el alcance de las nuevas plataformas en la vida cotidiana, señala abordajes de diversas disciplinas científicas y promueve la discusión en el ámbito escolar.

“Argentina es uno de los países del mundo con mayor número de usuarios de las redes sociales. Estar en Facebook o Twitter se volvió sinónimo de encontrarse con otros, de vida social, y hoy nos permite enterarnos de la vida del otro instantáneamente, conocer a amigos de amigos, abrirnos nuevas relaciones sociales o laborales, o simplemente juntarnos con otros a los que les gustan las mismas cosas”, señala el primer párrafo de Dussel. “Las redes sociales trajeron otros cambios muy importantes. Por ejemplo, la circulación horizontal de los mensajes. (..) Esto tiene una dimensión de libertad muy significativa. La desconcentración de esa circulación permite que se escuchen otras voces por fuera del poder político, cultural y económico establecido”, completa la introducción.

En el desarrollo de la nota, Dussel remarca que se organizan mundos de experiencias muy distintos a los que se conocían y apunta que las redes sociales generan “un modo de estar con otros” que permite seguir estando solos, al menos físicamente, y regular –o pretender regular- cómo y cuánto nos exponemos. Además, señala que hoy se vive una experiencia subjetiva que se alimenta tanto del mundo real como del virtual.

Asimismo, destaca que las redes sociales borran las fronteras entre lo público y lo privado, y allí cita a la antropóloga Paula Sibilia, quien hace referencia a “la intimidad del espectáculo” o el espectáculo de la intimidad. “Las redes sociales generan una exposición de situaciones cotidianas y a veces banales, otras íntimas, en un espacio que ya no reconoce las características de discreción e interés común que antes tenía la esfera pública”, subraya. “Las redes sociales, replicando una cultura visual sensacionalista e impactante, parecen solicitar cada vez mayor exhibición del yo, y ponen bajo sospecha al que no muestra o no comparte”, agrega.

Más adelante, Dussel rescata los estudios del holandés Jose Van Dijck, quien señala: “El concepto de «Me Gusta» (de Facebook) propulsa ideas o cosas populares con un alto valor emocional, en principio a expensas de juicios racionales para los cuales no hay botones en el universo en línea: ‘difícil pero importante’ no es un juicio promovido por las redes sociales”.

Entonces, Dussel se pregunta: «¿Puede la escuela prescindir del «difícil pero importante»? Es una pregunta que habría que hacerse al sumarse a estas plataformas”.

En la conclusión, la especialista argumenta: “Las redes sociales, sobre todo estas grandes corporaciones, no son medios neutrales de comunicación ni son instituciones filantrópicas, que privilegian ciertas formas de lenguaje y de expresión sobre otras, que están concentrando un enorme poder y que eso desafía a los gobiernos y a la ciudadanía, y que por eso es importante entender cómo funcionan. No está mal que la escuela esté en Facebook; lo que no debería pasarnos es dejar pasar la oportunidad para trabajar ese «estar» como modo de reflexión crítica sobre el mundo en el que vivimos”.

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