La preocupación rebotó en los últimos días en medios de comunicación locales y nacionales: el preocupante aumento de la participación de adolescentes en apuestas on-line, que en algunos casos llega a convertirse en una adicción.

“La respuesta sorprendió a todos los docentes. Pensaban que el alcoholismo y las drogas eran las principales adicciones de los chicos, pero se encontraron con algo que no esperaban: las apuestas online. Todo surgió en las charlas con los alumnos, en un taller de prevención de adicciones dentro de un establecimiento escolar”, dice la introducción de un artículo publicado por el diario Perfil Córdoba en su edición del último 20 de septiembre.

“La situación la protagonizan adolescentes entre los 14 y 17 años que en el horario entre las 23 horas a las dos de la mañana hacen uso de aplicaciones y sitios web de casinos, ruletas, apuestas y juegos deportivos, entre pares o en sus propias casas. Muchas veces utilizando cuentas de billeteras virtuales como Mercado Pago, Ualá y otras”, agrega el artículo.

Munir Bracco, de la Pastoral Social de Córdoba, comentó que es un tema sobre el cual venían alertando hace tiempo. “En algunos colegios de Córdoba, algunos alumnos, queriendo solidarizarse con otro compañerito, hicieron una colecta para ayudarlo a pagar una apuesta que perdió”, puntualizó Bracco.

“Los alumnos lo hablan de forma muy abierta y hasta bromean entre ellos con frases como ‘este debe plata’, ‘él ganó’, ‘con lo que obtuve, salí todo el finde’”, detalló a este medio Ana Paula Casalengo, profesora de Historia en la provincia de Córdoba, de acuerdo a un artículo publicado por el diario La Nación y firmado por Delfina Celichini.

En tal sentido, Casalengo destacó que resulta por demás preocupante que los adolescentes lo ven como una acción que no presenta riesgos. “Ya sabemos las consecuencias terribles que las adicciones pueden provocar, mucho más si hablamos de menores de edad con una conducta y personalidad en desarrollo”, afirmó.

“Para ellos solo es diversión y se jactan de lo que ‘ganan’. Yo trato de que entiendan que siempre es más lo que se pierde. El ingreso al círculo de apuestas a una edad tan temprana puede ser determinante para el futuro”, remarcó la docente en diálogo con La Nación.

LA OPINIÓN DE LOS ESPECIALISTAS (*)

“Los jóvenes son más propensos a ilusionarse con esta situación de ganancia sin riesgo. No tienen tanta conciencia de la realidad, de lo que es ganar, perder, y del valor del dinero. Ponen expectativas mágicas en ganar y son más vulnerables”, señala en diálogo con LA NACIÓN Diana Litvinoff, psicoanalista de Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y autora del libro El sujeto escondido en la realidad virtual.

Litvinoff cuestiona, además, cómo estos alumnos consiguen financiar sus apuestas en línea. “Un chico que ingresa a estos sitios de juego seguramente cuenta con una tarjeta de crédito y es importante indagar cómo tiene acceso, a partir de qué y cuál es el manejo que hace. Probablemente no tiene conciencia de los límites, de los riesgos, de lo que significa cuidar y robar una tarjeta y eso indica que estamos ante un problema familiar”, resalta.

Geraldina Peronace, psiquiatra y especialista en adicciones, precisa que en la adolescencia el cerebro está en una etapa plena de desarrollo neurobiológico y no llegó a a formarse completamente, algo que se logra a los 24 o 25 años. “Esto hace que los jóvenes sean mucho más temerarios en las decisiones que toman, más impulsivos y atrevidos, y que no piensen tanto las cosas”, destaca. Y enfatiza que antes de entregarle un celular a un chico hay que ocuparse de la vida offline. “Es muy importante trabajar sobre la realidad de las cosas, en la emocionalidad de las personas, en las relaciones humanas y en el contacto con la naturaleza para después pasar a la vida online”.

“No llama la atención el incremento de problemas de adolescentes con las apuestas online si se tiene en consideración que la Argentina aparece en un estudio de Unicef como el país de la región en el que los jóvenes pasan más tiempo en internet, un promedio de cuatro horas por día”, completa Peronace.

Gustavo tiene 60 años y hace 12 que ingresó a Jugadores Anónimos (JA) después de 30 de apostar compulsivamente. Sobre la tendencia en aumento de sitios en línea, indica: “Hoy lo virtual está en auge, más después de la pandemia. Juegan menores de edad con sus celulares y ponen una billetera virtual o tarjetas que les sacan a los padres”.

Respecto de su trabajo en el grupo de ayuda, resalta que si bien no pueden recibir chicos, hace siete meses ingresó un joven de 19 años que venía apostando desde los 13. “Tratamos de contener a los adolescentes. Es un desafío retenerlos porque se aburren. Hacemos talleres para ayudarlos”, precisa.

Peronace resalta el rol de la familia y la escuela para hablar con los jóvenes y transmitirles el valor de las ganancias a largo plazo, del esfuerzo y en la virtud de aprender a esperar. La especialista llama a esto psicoeducación y enfatiza que debería ser parte de la currícula desde jardín de infantes.

“Internet está a mano, pero es como estar en la calle. Hay que enseñarle a los menores a manejarse y a no vincularse con personas y situaciones que no conocen, y a protegerse a ellos mismos”, suma Litvinoff.

 

(*) Extraído del artículo de LaNacion.com.ar