«Montaigne recibió una estricta educación en latín y pasaba largos ratos en silencio. Concentrado en un solo punto, lo abarcaba absolutamente todo; nosotros, concentrados en puntos múltiples, no abarcamos casi nada», plantea Jordi Soler en un artículo denominado «El pensamiento vagabundo» y publicado por el diario español El País.